El espía de la noche, un cuento en el universo erótico de Itahisa de Atlantis

Cuando el joven Etxekide llega con un ramo de flores a la casa de su amada Itahisa, descubre que ella se encuentra en la cama con otro amante.

¿ Qué tan mala puede ser una noche para un hombre en una sociedad gobernada por las mujeres ?

Para averiguarlo conoceremos los perfumes de dhalias púrpuras y orquídeas negras, aprenderemos sobre linces rojos y cabras lecheras, y nos introduciremos en misteriosas tecnologías de curvaturas y espejos de bronce.

descargar gratis El Espía de la Noche de Quique Tavernini

(PDF, 12 páginas)

Advertencia: Esta es una ficcion erótica que incluye escenas sexuales explícitas, en algunos casos fuera del marco de lo socialmente aceptable en términos modernos.

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«— Qué ocurriría si no controláramos la energía masculina ? Qué ocurriría si los hombres nos gobernaran ? Puedo decírtelo con certeza, Etxekide. Viviríamos como las bestias, matándonos unos a otros, comiéndonos los unos a los otros. Viviríamos en los árboles aullando como los gatos monteses. No tendríamos una Religión que propicia la convivencia placentera entre mujeres y hombres. No dominaríamos las Ciencias de la Navegación, del Cultivo, de la Música, ni de la Eskritura. No habríamos construido la civilización más avanzada que ha existido sobre esta Tierra.»


Y seréis como Dioses: La fruta prohibida del Árbol del Conocimiento.

Eva

La serpiente dijo a la mujer:
No es cierto que morirán, Dios sabe muy bien que cuando coman de ese árbol , se les abrirán los ojos y llegarán a ser como dioses, conocedores del bien y del mal.
Entonces la mujer vio que el fruto era apetitoso, que atraía a la vista y que era muy bueno para alcanzar la sabiduría.
Tomó el fruto y comió, y luego se lo ofreció a su hombre que andaba con ella, quien también lo comió.

Génesis (Bereshith),  3: 5,6, Medio Oriente, circa 1000 a. de C.

Este conocido pasaje del Génesis ha merecido distintas interpretaciones (exégesis). Puede ser interesante explicarlo en el contexto de la transición histórica del matriarcado al patriarcado.

Tenemos en primer lugar a la Serpiente, una entidad natural que habla con la mujer y no con el hombre.

Esta Serpiente tiene la capacidad informar sobre lo que «Dios sabe muy bien» y sobre lo que puede producir que los hombres sean «como dioses». Esto coloca a la Serpiente en «conocedora», le otorga estatus de divinidad, la convierte en sobrenatural. Y coloca a la mujer en el lugar de interlocutora con la Divinidad, convierte a la mujer en Sacerdotisa.

En las religiones neolíticas la Serpiente simboliza los atributos divinos de lo femenino. Aunque en general se haya asimilado a la Serpiente con una figura de ángel opositor, Satán o Shaytán, es llamativo que en el Génesis se nombra simplemente como la Serpiente.

En definitiva, una Divinidad Femenina es la que habla con la mujer y esto sucede por primera y última vez en el relato bíblico. A partir de este pasaje del Génesis, ninguna otra Divinidad Femenina habla con ninguna otra mujer.

El árbol otorga conocimiento, sabiduría. La administración de la sabiduría se asimila a la divinidad en la expresión «seréis como dioses».

La mujer vio que el fruto era apetitoso y se lo ofreció a «su» hombre. (En contexto patriarcal un Dios Masculino hubiera hablado con el hombre, que hubiera probado y ofrecido el fruto a «su» mujer).

Desde nuestra perspectiva esta escena trae la memoria del pasado matriarcal, pre-bíblico. Nos cuenta de un tiempo anterior de la humanidad en el que las mujeres administraban el conocimiento. Un contexto donde la Divinidad Femenina hablaba con las mujeres.

Este estado anterior de la humanidad es presentado como el jardín del Edén, el Paraíso, el lugar de los recursos abundantes.

A partir de allí se produce la pérdida de sabiduría, el sometimiento de la mujer a los deseos del hombre y el descenso a un estado de brutalidad junto con la instalación de Dioses masculinos, crueles y guerreros.

El paraíso perdido cuando las mujeres hablaban con las Diosas y administraban la sabiduría, termina adjudicándose a la «desobediencia» provocada por las mujeres. Una justificación que exime de culpas a los hombres.

Podemos entonces llegar a otra comprensión del «pecado original». Aquel pecado original no refiere a la «desobediencia a Dios» sino a la pérdida de protagonismo de las mujeres en la historia.

Si la humanidad tiene un pecado histórico del que debe redimirse, es haber apartado a las mujeres de la producción y administración del conocimiento.

Exégesis (del griego ἐξήγησις exégesis, de ἐξηγεομαι exegeomai -«explicar»-)1 es un concepto que involucra una interpretación crítica y completa de un texto, especialmente religioso, como el Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia, el Talmud, el Midrásh, el Corán, etc.
La palabra exégesis significa ‘extraer el significado de un texto dado’.


El Hombre de Kennnewick: el rostro que el ejército de Estados Unidos no permite que veamos.

James Chatters y la reconstrucción del rostro del hombre de Kennewick

James Chatters y la reconstrucción del rostro del hombre de Kennewick

En Julio de 1996 dos jóvenes de 20 años paseaban por la orilla del río Columbia cerca de la ciudad de Kennewick en el estado de Washington, cuanto tropezaron con «algo redondo». Se sobresaltaron al extraer aquel objeto del fango y verificar que se trataba de un cráneo humano que conservaba buena parte de su dentadura.

La policía del lugar intervino para investigar un presunto caso criminal, para lo cual requirió la opinión de expertos, entre ellos la del antropólogo forense James Chatters.

Ellos acudieron al lugar del descubrimiento donde recuperaron otra gran cantidad de huesos, prácticamente el esqueleto completo.

En primera inspección, los forenses dictaminaron que se trataba de un hombre europeo de complexión fuerte y 1.76 metros de estatura, que probablemente había muerto a causa de heridas con una filosa piedra. Era necesario determinar la antigüedad del esqueleto, para lo cual se ordenaron análisis de radiocarbono.

Los resultados que estas pruebas arrojaron dejaron impactados a los expertos y de inmediato se ordenaron nuevos análisis con las más avanzadas tecnologías de Carbono 14 para verificar estas primeras mediciones.

Pero las sucesivas pruebas dieron consistentemente el mismo resultado. Aquel esqueleto tenía 9000 (nueve mil) años.

De inmediato la noticia se conoció en todo el mundo y sacudió al ambiente científico. La historia oficial siempre había contado que el poblamiento de las Américas se realizó por inmigraciones asiáticas a través del estrecho de Bering. No había forma de explicar qué estaba haciendo un europeo en un río de Norteamérica ocho mil años antes que los europeos hubieran descubierto las Américas.

Pero cuando la comunidad científica se organizaba para realizar todos los exámenes posibles para dilucidar el misterio, un convoy de cuatro camiones militares del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos se presentó en el sitio para reclamar la custodia de «los restos del nativo norteamericano hallados en el Parque Columbia».

Así comenzaron una serie de litigios judiciales que continúan hasta hoy. El ejército de Estados Unidos declara amparar a varias tribus de nativos norteamericanos que reclaman que su «antepasado» tenga un entierro ritual en un lugar desconocido y se oponen a cualquier manipulación científica de los restos.

Distintas agencias científicas han presentado sus recursos para que se les permita estudiar el esqueleto fundamentando que no se trata de un nativo norteamericano. Cuando un juez anuncia una sentencia favorable a una de las partes, inmediatamente se presentan recursos de apelación en otra jurisdicción para revocarla.

Los científicos ensayaron entonces otra estrategia. Volvieron a las orillas del río Columbia en busca de otros posibles restos de parientes contemporáneos del hombre de Kennewick.

La reacción del ejército de Estados Unidos esta vez fue más espectacular.  Desde helicópteros empezaron a arrojar toneladas de escombros sobre el sitio, en una supuesta operación de forestación del Parque Nacional, impidiendo así en forma definitiva cualquier sucesiva excavación en el lugar del hallazgo.

A fines de 1999 los científicos obtuvieron por vía judicial una brevísima «ventana» de autorización para realizar exámenes de ADN en minúsculas muestras de los huesos que fueron enviadas a varios laboratorios. Los resultados se conocieron en el correr del año 2000, siendo en todos los casos negativos. Las muestras obtenidas para ser analizadas estaban fatalmente contaminadas con ADN moderno, y no permitían establecer nada definitivo sobre el linaje genético del hombre de Kennewick.

Intentando dar un final a la historia, el ejército de Estados Unidos contrató a un grupo de expertos «independientes» quienes dictaminaron que el hombre de Kennewick si bien no era un nativo americano, tampoco era un europeo. Se propuso una conclusión bastante curiosa, el hombre de Kennewick pertenecía a la etnia Ainu, una pequeña población sobreviviente del norte de Japón cuyos rasgos son más «caucásicos» que cualquier otra etnia asiática.

Con esta explicación se salvaba la parte medular de la «leyenda oficial», la del poblamiento de América por humanos de origen asiático a través del estrecho de Bering. Esta explicación pasó a ser también la «leyenda oficial» sobre el hombre de Kennewick.

Este episodio no es el único caso en el que las fuerzas armadas de los Estados Unidos han impedido el estudio de evidencias arqueológicas que podrían contradecir la historia que nos contaron.

Las pregunta que nos surgen al respecto son evidentes:

¿ Por qué razón cuestionar la teoría del poblamiento de las Américas es un asunto de primera importancia como para movilizar al ejército de Estados Unidos ?

¿ Realmente tienen tanto poder las tribus de nativo-americanos para bloquear una investigación científica de un esqueleto ?

¿ A qué poderosos intereses les importa en demasía sostener la leyenda oficial ?

¿ Qué rostro es el que no quieren que veamos ?

”The easiest way of silencing someone is to call them a racist … Today we have politics that says,’Oh, my God. You shouldn’t say those things about the past or you shouldn’t be able to research the remains of past people in the Americas for political reasons.’ But what happens in future generations when that politics is gone and all the skeletons that once told the stories of those people are also gone and back in the ground, destroyed by natural soil processes?” – Dr. James Chatters

en español:

http://es.wikipedia.org/wiki/Hombre_de_Kennewick

http://axxon.com.ar/rev/151/c-151divulgacion.htm

http://www.jornada.unam.mx/2005/08/06/index.php?section=ciencias&article=a02n1cie

http://www.youtube.com/watch?v=o3IU2oBBoMc

en inglés:

http://en.wikipedia.org/wiki/Kennewick_Man

http://www.mnh.si.edu/arctic/html/kennewick_man.html

http://www.nps.gov/archeology/kennewick/

http://topconservativenews.com/2012/03/kennewick-man-revisited/

http://www.youtube.com/watch?v=3Iq-kC-lJWw


Del útero a la cruz: los orígenes neolíticos del cristianismo.

El Buen Pastor

El Buen Pastor

Es poco sabido que durante trescientos años los primeros cristianos jamás utilizaron el símbolo tradicional de la cruz cristiana ni tampoco la imagen del Cristo crucificado.

Los símbolos religiosos que pueden encontrarse, por ejemplo en las catacumbas romanas, incluyen las imágenes del Pez, el Buen Pastor, la Paloma y el Ancla.

Pero esta simbología originaria del cristianismo tiene raíces muy anteriores a Cristo.

El Buen Pastor es conocido en la mitología griega como Apolo y en la sumeria como Dumuzid.

Probablemente sus referencias más antiguas se remontan hasta el Neolítico.

El Pez se relaciona con la inscripción ICHTHYS:  «Jesucristo, Hijo de Dios, Redentor» y con la condición de pescadores de los discípulos.

De la Triple Diosa al Pez

De la Triple Diosa al Pez

Pero el símbolo del Pez tiene un origen arcaico, que es posible encontrar también en las religiones del Neolítico.

El prehistórico ícono pagano de la Triple Diosa, que muestra las tres fases de la luna (menguante, llena y creciente) puede relacionarse con la representación del Pez de los albores del cristianismo.

Si bien estuvo ausente la cruz que hoy conocemos, existieron varios símbolos de la cruz en los primeros siglos de la era cristiana: la cruz Ankh egipcia, la cruz Esvástica, la cruz Chi-Ro (crismón) y la cruz Tau.

La cruz Tau (aun hoy utilizada por los Franciscanos) es una letra T con los brazos ensanchados y se vincula con la representación del Toro y con la constelación y signo zodiacal de Tauro.

La cruz Tau como símbolo religioso se remonta los antiguos egipcios y fenicios como reverencia al bovino sagrado (toro, becerro, vaca o bisonte).

UTERUS - TAURUS - TAU

UTERUS – TAURUS – TAU

Y según la antropóloga Marija Gimbutas, la cabeza del bisonte, que puede hallarse en el arte de la cultura Vinca unos cinco mil años antes de Cristo, representa los órganos reproductores femeninos: el útero, las trompas y la vagina.

«La sustancia de lo que hoy nosotros llamamos cristianismo existía ya en los antiguos y estaba presente desde los orígenes de la humanidad. Finalmente, cuando Cristo apareció en carne, lo que siempre existió comenzó a llamarse religión cristiana»

San Agustín de Hipona, Retractaciones, 1, 12, 3, circa 400 d.C.

«Antes de Cristo el cristianismo era anónimo e implícito. No poseía todavía un nombre, aunque existiese y fuese vivido por los hombres… El hecho de que al principio el cristianismo no se llamara así no significa que no existiera. Existía, pero escondido, anónimo y latente. «

Leonardo Boff, teólogo, Reflexiones sobre la esencia de lo cristiano, 1981.


La hipótesis Itahisa

Atlantis no era una isla, sino una federación de siete ciudades ubicadas en torno al Mar Caribe.

La sociedad atlanteana era matriarcal.

La religión atlanteana era politeísta y sus dioses principales eran femeninos.

Los atlanteanos eran Cro-Magnon, (homo sapiens con un diez por ciento más de capacidad craneal y quince por ciento más estatura que los humanos actuales) .

El idioma atlanteano era un proto-vasco / proto-náhuatl.

Todos los atlanteanos tenían sangre del grupo O con factor RH negativo.

Los atlanteanos eran expertos navegantes. Sus barcos viajaban por todas las costas del océano Atlántico y por los principales ríos del continente americano.

Los barcos atlanteanos realizaban las expediciones de larga distancia en flotillas de doce o más barcos.

Los barcos atlanteanos estaban estandarizados, de modo que era sencillo repararlos en los puertos o incluso en alta mar.

La civilización atlanteana dominaba la metalurgia del oro, la plata y el bronce.

La cultura atlanteana inventó la escritura.

La cultura atlanteana disponía de avanzados conocimientos en agricultura, astronomía, matemáticas, arquitectura, ingeniería y medicina.

La cultura atlanteana utilizaba un sistema numérico sexagesimal, dominaba la trigonometría y la cartografía.

Los atlanteanos no conocían la moneda, todos los intercambios de mercaderías se realizaban por trueque.

Atlantis nunca estuvo en guerra con otras naciones, carecía de ejércitos y desconocía las fortificaciones.

En los tiempos de Atlantis, en el actual continente americano existía una variada megafauna que incluía los elefantes, perezosos, camellos, osos y felinos más grandes que hubo sobre la Tierra.

La población de Atlantis superaba las cien mil personas en el momento de su mayor expansión.

La civilización atlanteana se encontraba en su máxima expansión en el momento de su destrucción.

Las siete ciudades de Atlantis con todos sus habitantes fueron destruidas por un cataclismo cósmico ocurrido hace 12900 (doce mil novecientos) años.

El cataclismo cósmico se produjo como efecto del cruce de la Tierra con una nube de fragmentos de un cometa.

Como consecuencia de ese cataclismo cósmico el nivel de los mares se incrementó bruscamente en más de trescientos metros.

Como consecuencia de esa elevación de los mares las costas de todos los continentes cambiaron su perfil, desaparecieron muchas islas y otras se redujeron o se fraccionaron.

Como consecuencia de esa elevación de los mares las siete ciudades de Atlantis quedaron sumergidas a más de 300 (trescientos) metros de profundidad.

Como consecuencia de ese cataclismo cósmico se produjo el cambio climático conocido como Dryas Reciente (Younger Dryas).

Como consecuencia de ese cambio climático se extinguieron todas las especies de grandes mamíferos de América.

Escasísimos sobrevivientes atlanteanos del cataclismo fundaron asentamientos en Norte, Centro y Sudamérica, en la Península Ibérica y en el noroeste de Africa.

Con el tiempo, los asentamientos de sobrevivientes de América fueron la cuna de las civilizaciones Mesoamericanas.

Con el tiempo, el asentamiento de sobrevivientes en la Península Ibérica dio lugar a la cultura Tartésica-Turdestana.

Con el tiempo, el asentamiento de sobrevivientes en Africa dio lugar a la cultura Mauritana.

Las culturas tartésica y mauritana dieron lugar a la cultura Micénica y a la del antiguo Egipto, más tarde a la Fenicia  y por último a la Púnica-Cartaginesa.

Estas culturas descendientes de Atlantis (los pueblos del mar) dominaron el mar Mediterráneo durante casi 10000 (diez mil) años, resistiendo múltiples agresiones de pueblos invasores.

Estas culturas descendientes de Atlantis (los pueblos del mar) comunicaron a las culturas tolteca, azteca, maya e inca con las culturas tartésica-micénica-fenicia-cartaginesa del Mediterráneo.

Recién en el último milenio a. de C., las culturas descendientes de Atlantis fueron derrotadas, arrasadas y borradas de la historia por culturas patriarcales que dominaban el hierro:  los griegos y los romanos.

Todos los conocimientos que atribuimos a los griegos y los romanos fueron en realidad herencia atlanteana.

Los últimos descendientes de atlanteanos fueron aniquilados por los conquistadores españoles en México, Centroamérica, Sudamérica y en las Islas Canarias hace quinientos años.

Algunas trazas de la cultura atlanteana sobreviven hasta hoy en la culturas celtas y en la cultura vasca de Europa.

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Itahisa de Atlantis

La historia que no nos contaron

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Enheduanna: La mujer que dio inicio a la Historia

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Los sumerios de hace cinco mil años seguramente no sabían que al escribir sus signos cuneiformes en tablas de arcilla eran protagonistas del tránsito de la humanidad desde la Prehistoria a la Historia.

Aquellas son las más antiguas escrituras cuyo significado hemos logrado develar y entre ellas están los relatos del primer autor conocido de la Historia: los himnos y poemas de Enheduanna, la Alta Sacerdotisa de la Ciudad de Ur.

Pero es probable que los sumerios fueran conscientes de otro tránsito histórico que se procesaba en ese tiempo. La progresiva pérdida de poder de las mujeres en la sociedad ante el avance de la lógica de la guerra conducida por los hombres:  La degradación de las Divinidades Femeninas del Amor y la Fertilidad ante los Dioses Masculinos Guerreros.  La inexorable caída del matriarcado.

Desde el inicio de la Historia nos llega el grito de angustia de Enheduanna, dando testimonio de aquellos tiempos infaustos con la belleza de su poesía.

Yo, la que alguna vez se sentó triunfante, fui arrojada del santuario.
Como una golondrina me hizo volar por la ventana, y mi vida se ha consumido.
Él me hizo caminar entre las breñas de la montaña.
Él me arrancó la corona apropiada de la alta sacerdotisa,
Y me dió daga y espada — «esto es más para tí» — me dijo.

Enheduanna, Alta Sacerdotisa de Ur, Sumeria, 2280 a.de C.

(Itahisa de Atlantis, Interludio entre la Parte Cuatro y la Parte Intermedia)


¿ Qué es un akelarre ?

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Un círculo de mujeres sabias alrededor del fuego.

Una ceremonia religiosa en veneración al sol.

Un ritual de iniciación sexual entre madres e hijas.

Una danza nocturna de brujas en el campo (del macho cabrío).

Una exploración introspectiva hacia lo desconocido

Un viaje alucinatorio provocado por la miel…

¿Qué es un akelarre ?

en Itahisa de Atlantis, Parte Tres, encontramos un relato alternativo, extraordinario, que puede sugerirnos la respuesta.


Una religión que celebraba el placer

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Frecuentemente se relaciona a las religiones con el estoicismo,  con la propensión a anular los propios sentidos, a negarse el placer y a aceptar el dolor como un fortalecedor del espíritu.

Muchos acusan a las religiones de ser responsables de las guerras desde los «inicios de los tiempos»

La cuestión es qué entendemos por el «inicio de los tiempos»

Originalmente, durante decenas de miles de años, la religión se asociaba al disfrute de la naturaleza, a los ciclos vitales y cósmicos, y a la potencia afectiva, sexual y reproductiva de las mujeres.

Una religión que celebraba lo femenino, que lo ensalzaba.

Una religión que celebraba todos los placeres, entre ellos los sexuales.

Una religión que celebraba asimismo el poder psicoactivo de hongos y vegetales.

Una religión que proponía la hermandad de todos los humanos, promovía la colaboración comunitaria y desestimulaba la violencia.

Una religión que fue derrotada, aunque no completamente.

Itahisa de Atlantis

La religión que no nos contaron


Del Matriarcado

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Hace más de un siglo que se discute en planos científicos y filosóficos sobre las civilizaciones matriarcales.

Un pensador suizo fue el que instaló el debate.  Se llamaba Juan Jacobo Bachofen. Su obra: Das Mutterrech, introdujo una perspectiva original.

Desde entonces sus tesis han sido criticadas, pero continúan generando polémica.

Con cada nueva evidencia arqueológica que nos dice que los dioses de la prehistoria eran femeninos, el razonamiento básico de Bachofen recupera vigencia.

Si en el patriarcado los dioses son masculinos, infirió Bachofen,  cuando los dioses eran femeninos, existía el matriarcado.

El universo de ficción de Itahisa de Atlantis se apoya en esta perspectiva.

La de que las civilizaciones arcaicas eran matriarcales, religiosas y pacíficas. Porque en ellas no había lugar para la guerra.

http://es.wikipedia.org/wiki/Johann_Jakob_Bachofen


La Creación del Patriarcado

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LAS trazas de evidencia dura, -las herramientas, tumbas, piezas de cerámica, restos de viviendas y templos, los ambiguos artefactos en las paredes de las cuevas, los restos óseos y las historias que ellos nos cuentan- yacen frente a nosotros en desconcertante diversidad.

Nosotros las entrelazamos con mitos y especulaciones; las enfrentamos contra lo que conocemos de la gente «primitiva» que sobrevive en el presente; usamos la ciencia, la filosofía y la religión para construir un modelo de ese pasado distante anterior al inicio de la civilización.

El enfoque que utilizamos para interpretarlas, -nuestro marco conceptual- determina el resultado. Dicho marco nunca está libre de valores. Preguntamos al pasado lo que queremos responder en el presente. Durante largos períodos del tiempo histórico, el marco conceptual con el que formulamos nuestras preguntas fue asumido como dado, indiscutible e irrefutable.

Mientras la visión teleológica cristiana dominó el pensamiento histórico, la historia pre-cristiana fue vista simplemente como una etapa preparatoria para la historia verdadera, la que dio comienzo con el nacimiento de Cristo y finalizaría con la Segunda Venida.

Cuando la teoría darwiniana dominó el pensamiento histórico, la prehistoria fue vista como una etapa de «barbarie» en el progreso evolutivo de la humanidad, que va desde lo más simple a lo más complejo. Aquello que tuvo éxito y sobrevivió fue , por el mero hecho de su supervivencia, considerado superior a lo que desapareció y por ende «fracasó».

En tanto los supuestos androcéntricos dominaron nuestras interpretaciones, leímos las normas de sexo/género imperantes en la actualidad hacia atrás, hacia el pasado. Asumimos la existencia de la dominación masculina como algo determinado y consideramos cualquier evidencia en contrario simplemente como una excepción a la regla o una alternativa fallida.

 

Gerda Lerner, historiadora austríaca, The Creation of Patriarchy, Wisconsin, 1986

 

(de Itahisa de Atlantis, Interludio entre Parte Tres y Parte Cuatro)